sábado, 4 de septiembre de 2010

El miércoles 18 de agosto de 2010, la sala Natalia Zabala de la Escuela Superior de Bellas Artes Martín Santiago fue un espacio de reflexión y crítica sobre temas como la propagación de la soja, las prácticas de la multinacional Monsanto, el uso de herbicidas y similares.
En primer lugar, Nito Biassi dio una charla sobre estos temas y presentó una breve selección de fotografías de Laura "China" Lencina.
Luego, se proyectó el fuerte documental "El mundo según Monsanto" ("Le monde selon Monsanto", 2008), de Marie-Monique Robin.
Finalmente, como cierre de la jornada, Pablo Nievas presentó la performance "Toxi-$oja XXI".


/ CHARLA DE NITO BIASSI / PROYECCIÓN DE "LA VIDA SEGÚN MONSANTO" /







/ PERFORMANCE "TOXI-$OJA XXI" DE PABLO NIEVAS /

En la biblioteca de la Martín Santiago está la filmación de toda la performance, que duró unos quince minutos. Algunas pistas:

Pablo entró caminando, con una planta en brazos (envuelta en film, como él), recorrió el lugar y depositó la planta en el centro de la escena, con objetos dispuestos simétricamente.




Comenzó a romper bolsitas de porotos de soja sobre la planta, a modo de lluvia. Esta lluvia se volvió cada vez más violenta: ahora Pablo arrojaba las bolsitas, que reventaban contra la planta y contra el piso.



Invitó a los espectadores a participar: muchos comenzaron a arrojar bolsitas contra la planta y los demás objetos.






Pablo derramó ceniza sobre el techo de un prisma forrado completamente en film autoadhesivo.




Se puso un traje amarillo.




Abrió con los dedos un orificio en una pared lateral del prisma, introdujo un tubo de aerosol, introdujo la planta y luego entró él.







Abrió un orificio más pequeño en la pared frontal y, sacando la mano por ahí, comenzó a tomar los alimentos que estaban afuera, en los platos.




En ese espacio diminuto y asfixiante, comenzó a comer pan con tierra y a beber agua.






Arrojó los platos y, mientras terminaba de comer y de beber, regó la planta.




Con el insecticida en aerosol fue llenando un globo. Siguió inflándolo con un compresor, hasta que el globo explotó. La ceniza comenzó a caer por un orificio desde el techo.




Comenzó a rociar el interior del cubículo con el tóxico en aerosol.



Cuando el aire interior ya se volvía irrespirable, desgarró la pared frontal y el techo. Finalmente salió del encierro y se fue, con la planta en brazos.







Y volvió para saludar y agradecer.






El afiche: